domingo, 4 de agosto de 2013

The Mad's


Por Repsychled

Esta historia comienza en 1965 por las inmediaciones de la Av. Mariscal Miller y calle Miguel Iglesias, en el distrito de Lince. En este barrio se encontraban las primeras bandas de rock en el Perú. A una cuadra estaban los Saicos, quienes ya tenían editados varios discos de 45 rpm y gozaban de mucha popularidad. A unos pasos de ahí ensayaban Los Steivos, un grupo de rock and roll que tenía influenciad de The Beatles, The Rolling Stones y de música soul; estaba conformado por Frank Privette y Alex Ventura en las guitarras, quienes daban el estilo musical al grupo.

Manolo Ventura, hermano menor de Alex, había formado un grupo con Toño Zarzar en guitarra rítmica y Fernando “El Loco” Gadea en batería. Se habían bautizado como Los Mad’s y buscaban a alguien que pudiera cantar para completar el grupo. Un amigo de Manolo le habló de Bill Morgan, hijo de familia norteamericana, que tenía buena pronunciación del idioma inglés y una gran actitud de rockero. Luego de conocerlo, Manolo le propuso ser parte del grupo. Fue así como Bill entró a cantar y tocar el bajo. Alex hacía de manager de Los Mad’s mientras tocaba la primera guitarra con Los Steivos, con quien grabó sus dos primeros discos de 45 rpm.

Los Mad’s solían tocar en sus presentaciones música de The Kinks y The Rolling Stones, apareciendo en televisión en los programas “El Clan del 4” y “El Show de Guido Monteverde”; en ellos hacían fonomímica mientras sonaba una grabación hecha en el estudio de Pedrín Chispa. Este audio era grabado en vivo en una cinta, luego escogían las canciones que más les gustaban y las imprimían en un acetato que cortaban en el mismo estudio, todo en un solo día. Incluso podían estar grabando por la mañana, tener cortado el acetato antes del almuerzo y salir en la televisión en vivo esa misma tarde.

Estas grabaciones tenían como finalidad ser de uso privado o para presentaciones en televisión, pero no con la intención de dejar un registro para fabricar algún 45 rpm o álbum. Incluso durante los próximos años, en las diferentes formaciones que tuvo el grupo, se repite la misma intención al registrar sus ensayos.

Estos registros grabados en los inicios del grupo no representaban su interpretación en vivo. Los Mad’s siempre quisieron dar toda su capacidad musical en el escenario y la ausencia de grabaciones hacía justamente que quien quisiera oírlos asistiera a sus conciertos, ya que no había otra forma de escucharlos. A inicios de su formación,  su repertorio consistía en su mayor parte de música de The Kinks, que en ese tiempo, con la excepción de un grupo de alumnos del Colegio Roosvelt, poca gente conocía.

Para fines de 1966, Manolo y Bill se dieron cuenta de que para poder realizar música más elaborada necesitaban de mejores músicos. Fue así que Manolo incorporó a su hermano Alex, quien abandonaría a Los Steivos para tocar la guitarra rítmica en Los Mad’s y reemplazar a Toño Zarzar; luego Alex llamaría a Richard Macedo, quien acababa de ser baterista de Los Shain’s, para reemplazar a Fernando Gadea. Los dos nuevos integrantes venían con diversas influencias de música psicodélica; con ellos el grupo podía realizar temas más complicados, improvisar, cambiar constantemente de ritmos, tocar por prolongadas horas e incluso hacer una interpretación en vivo diferente de sus canciones en cada concierto, incluyendo solos de guitarra o de batería. Todo esto hubiera sido imposible con la formación inicial de Los Mad’s.

Para esta nueva etapa se bautizaron como The Mad’s y cambiaron de escenarios. Ahora, en vez de tocar en la televisión, iban a tocar solo en fiestas privadas y clubes. A estas fiestas solo podían asistir los amigos del grupo, los músicos y muy poco público, que se enteraban por el boca a boca o por algún rumor. Sus fiestas eran conocidas porque duraban más de tres horas y eran de las más caras. Los chicos que no podían pagar sus entradas trataban de colarse trepando las paredes de los locales y metiéndose por los techos. Ver al grupo y a las chicas más lindas de Lima valía el esfuerzo.

Si bien las matinales eran la plataforma donde los grupos peruanos de fines de los 60’s solían tocar, The Mad’s solo participó en una de ellas, porque cuando subieron al escenario con sus trajes negros, botas blancas y sombreros, ni bien comenzaron la primera canción, un joven del público, que no comprendía lo novedoso del traje y su pelo largo, insultó a Manolo Ventura; el estilo hippie aún no era común en Lima. Al suceder esto, el guitarrista tiró su instrumento mientras el grupo seguía tocando, bajó del escenario y lo agarró a golpes por haberse atrevido a insultarlo. El concierto se detuvo y se prometieron nunca más tocar en esos eventos, solo en fiestas privadas. En sus presentaciones las peleas en el público era algo muy común.

Estos cambios iniciaron una nueva era en el grupo; no solo en el sonido sino también en el ritmo. Sus principales influencias eran The Kinks, The Troggs, Vanilla Fudge, Buffalo Springfield y en especial The Jimi Hendrix Experience. Las canciones eran versionadas de manera diferente a las originales, imprimiéndoles de ese modo el estilo del grupo; tal es el caso de “Birds in my tree” de Strawberry Alarm Clock, que se tocaba mucho más lenta que la versión original; era una balada con la fuerza ideal para bailar pegado con las chicas. En Lima la conocían bajo el nombre de “Open the door”. Incluso fue grabada por un grupo peruano en base al arreglo de The Mad’s. En el caso de “Rock & roll woman” de Buffalo Springfield, la canción original dura poco menos de tres minutos, y ellos la prolongan a más de nueve minutos, con arreglos de blues, más lenta y con arreglos de guitarra psicodélica que son tocados mientras la canción es llevada por las líneas del bajo.

Durante esta etapa comienzan a componer sus propios temas y se vuelve una costumbre no tocar igual las canciones de un concierto a otro, llevando el ritmo según la reacción del público. Sus conciertos eran seguidos por el mismo grupo de muchachos que los veían continuamente. Cada concierto era una sorpresa porque no se sabía qué canciones tocarían o de qué forma las interpretarían. Nunca tuvieron la intención de editar un disco, pero tenían la costumbre de grabar sus ensayos para escucharse y ver cómo salían los jammings.

El grupo tenía decenas de temas ya ensayados. Recién sobre el escenario escogían al azar qué iban a tocar esa noche. Sus canciones eran presentadas en inglés ya que la mayoría del público provenía de los colegios donde se dictaban clases en este idioma y otra parte eran extranjeros que vivían en Lima. Bill cambiaba la letra y entonación de los temas según el ritmo de su interpretación; incluso a veces solo eran ruidos fonéticos sin un significado en particular. The Mad’s estaban conectados y su capacidad de improvisación les permitía prolongar los temas, cortarlos en seco o mantener a todos bailando a todos por varias horas. Manolo era un guitarrista fuera de serie, tocaba como si ese día se fuera a morir y daba todo de sí en el escenario. Uno de sus temas principales era “Aouh aouh”, en el cual el público participaba a medida que el tema iba in crescendo con palmas, gritos o siguiendo al coro mientras el grupo hacía bromas en inglés o decía lo primero que se les venía en mente. Este tema podía durar varios minutos pues parecía no iba a terminar y todo salía natural, como si lo hubieran ensayado antes.

The Mad’s había importado equipos japoneses. Manolo tocaba con una guitarra Guyatone al igual que su hermano Alex, quien usaba una de doce cuerdas. Bill usaba un bajo en forma de violín. Richard una batería Rodgers. Para algunos temas, Alex también usaba una guitarra acústica Fender y percusión menor. Toda la amplificación se hacía con seis amplificadores Guyatone de 100 watts cada uno. Durante 1968 y 1969 el grupo tocaba en los mejores colegios y clubes de Lima como el Lima Cricket, Los Cóndores de Chaclacayo y en el exclusivo Club Galaxy de San Isidro, en el cual solo tocaban The Mad’s y Traffic Sound.

A mediados de enero de 1969, Mick Jagger, Keith Richards y sus novias llegaron a Perú con la finalidad de descansar de las tensiones del grupo. Se instalaron inicialmente en el Hotel Crillón, del cual fueron expulsados por sus vestimentas y forma de comportarse. Se mudaron al Hotel Bolivar, muy cerca de ahí. Ese fin de semana fueron a descansar a Ancón, una de las playas más lujosas de Lima de la década de los 60’s. Se paseaban por la playa y el malecón vestidos con las batas blancas del hotel y con trajes que llamaban mucho la atención. Esa noche estuvieron en una fiesta en un yate cercano al club.

Los músicos de The Mad’s estaban justo ese fin de semana en Ancón, tocando en una fiesta en un club junto al mar. Al terminar la presentación Manolo se fue a caminar. De un momento a otro se les acerco Mick y Keith, quienes le dijeron que les había gustado mucho su música y que deberían ir a Inglaterra. Para ello le dieron los datos de su manager y el encargo de que se pusieran en contacto con él. Ellos, sorprendidos ante tal noticia, aceptaron. Una semana después se repitió el episodio en el Club Galaxy de San Isidro, donde Los Stones se dieron una vuelta pues era el mejor lugar para escuchar música rock en Lima en ese entonces. Poco después Manolo comenzó a realizar las llamadas para coordinar el viaje, pues si se iban a Londres ya no regresarían. En Lima tenían la incertidumbre de qué hacer con sus vidas durante el gobierno militar de Velasco. Se les había abierto la oportunidad de viajar para seguir haciendo música, y qué mejor que Inglaterra. Luego de un tiempo tomaron la decisión de viajar.

Hicieron dos despedidas. La primera, el 18 de diciembre de 1969 en el colegio Santa Ursula; la última, el 20 de diciembre de 1969 en El Tiffany (exGalaxy). Los conciertos fueron grabados y se tomaron muchas fotos. El show solía tener dos partes, la inicial era en trajes negros y botas blancas y luego descansaban unos minutos y salían con ropa casual. En uno de esos intermedios, entró al camerino un grupo de amigos con un señor extranjero. Era Dennis Hopper (actor de “Rebelde sin Causa” -  “Rebel without a cause” y “Buscando mi destino” – “Easy Rider”), quien venía a Perú a dirigir la película “The Last movie” (“Chinchero”). El actor estaba feliz con la presentación y la música. Lo invitaron al escenario a saludar al público. Presento la segunda parte del show como si hubiera estado todo programado. Las dos despedidas fueron un éxito y el final de película.

A inicios de 1970, Manolo y Richard viajaron a Inglaterra para aceptar la oferta de Marshall Chess (manager de The Rolling Stones). Desde allá llamaron a Alex y Bill para que les dieran alcance. Ambos partieron el 14 de agosto de 1970. Un par de semanas después Marshall Chess los llevó al Festival de la Isla de Wright, vieron tocar a muchas bandas y estuvieron en el backstage. Todos se regresaron el último día del festival, sin poder ver a Jimi Hendrix.

En Londres, el baterista decidió regresarse al Perú. El grupo se encontraba en su mejor momento y querían retomar actividades. Incluso Barrie James Wilson, baterista de Procol Harum, se ofreció para tocar con ellos. Pero el manager prefería que el grupo fuese integrado solo por peruanos, ya que esa era la imagen a proyectar. En esos días Manolo viajó a Amsterdam, donde se encontró con Manongo Mujica, baterista peruano de jazz quien estaba viajando por Europa. Lo convenció de que lo necesitaban como nuevo baterista para rearmar el grupo y regresaron con él a Inglaterra.

Las nuevas composiciones creadas en Inglaterra eran más intensas a las que traían desde Lima. Pudieron experimentar prolongados jammings muy complicados, con cambios de velocidad y diversos ritmos. Resuelto el tema del baterista, fueron a los estudios de The Rolling Stones en Bermondsey Street, donde hicieron una audición para Marshall Chess y Trevor Churchill, quienes aconsejaron cambiar el nombre del grupo a Molesto y así evitar ser confundidos con la revista americana MAD. En la traducción, Molesto ‘parecía el término más apropiado para reflejar el concepto de loco, desequilibrado, enojado, y era un nombre con fonética latina.

La incorporación de Manongo Mujica implicó la necesidad de mayor cantidad de ensayos y por tiempo más prolongado. Les asignaron un estudio en Bermondsey Street para ensayar, el estudio contaba con muchos instrumentos, efectos de sonido, una antigua batería Gretsch de Charlie Watts y un piano. A los ensayos se aparecían músicos que venían cargados de unos súper cigarros o pitos mezcla de hachís, hierba y tabaco, a veces de más de quince centímetros de largo, la sala se llenaba de humo mientras tocaban por largas horas.

Poco después, grabaron un demo y algunos ensayos dentro del castillo de Mick Jagger en Stargroves, en The Rolling Stones Mobile Studio, un estudio portátil dentro de un camión del cual tiraban cables a los cuartos del castillo. Ahí se habían grabado los discos de Led Zeppelin III y IV, así como el Sticky Fingers de The Rolling Stones. Esta cinta incluía las nuevas canciones “Fly away”, “Tumorbossa”, un par de temas instrumentales y algunos ensayos. El título “Tumorbossa” era un juego de palabras para referirse a una mujer con pensamientos libidinosos. Con esta cinta consiguieron presentaciones de Molesto en el Lyceum, Club Marquee, Roadhouse, entre otros teatros.
El grupo vivía en un departamento ubicado encima de la tienda de instrumentos Drum City, a unas cuadras de Piccadilly Circus, en Shaftesbury Avenue, rodeados de otras tiendas de instrumentos que eran visitadas por los músicos del momento como Ray Davies (The Kinks), Jack Bruce y Ginger Baker (Cream) o Mitch Mitchel (The Jimi Hendrix Experience). Todos daban vueltas por el barrio. Incluso de vez en cuando  realizaban jammings en casa con varios músicos locales. Manolo una vez realizó un Hamming co Steve Winwood (Traffic) y Brian Davison (The Nice); Bill hizo lo propio con Jeff Beck y Carmine Appice (Vanilla Fudge). Para ellos era una experiencia difícil de creer, pues estaban en el corazón musical de Inglaterra.

Alex trabajaba desde octubre de 1971 en la compañía Karma Clothing, que vendía ropa de mujer. Era una boutique en Kensington Market, la meca de la moda en Europa. Dos boutiques a la derecha estaban un par de jóvenes para ese momento desconocidos: Freddie Mercury, que vendía botas de cuero con plataforma en varios colores, y Roger Taylor, que vendía blue jeans con parches. Recién habían formado hacía un año el grupo Queen junto a Brian May. John Deacon tenía solo tres meses con la banda, que aún no grababa su primer demo. Kensington Market no solo se convirtió en la meca de la moda sino que muchos de los que ahí trabajaban eran músicos y algunos llegaron a ser muy famosos.

Si bien el grupo mejoraba a nivel de composición, de otro lado la química personal iba desapareciendo. Las metas musicales de cada uno iban por caminos diferentes. Para mantener la amistad intacta prefirieron dar por terminado el grupo. Estaban muy felices de haber logrado tanto éxito en tan poco tiempo, de haber tocado junto a los músicos que admiraban, vivir en Londres, la meca de la música e incluso haber departido con los mismos Rolling Stones en su mejor momento.

El grupo se disolvió. Manolo y Alex continuaron en Inglaterra estudiando y trabajando sin regresar al Perú por décadas. Manolo ensayó por un tiempo con Brian Davison, baterista de The Nice. Alex fue guitarrista del grupo inglés Free Love y en 1975 grabó tres canciones con unos amigos japoneses que tocaban blues. Bill regresó a Perú, participó tocando bajo y guitarra acústica en el álbum solista del cantautor solista Zulu, en 1973. Incluso ese disco incluye el tema “A Joyful surprise”, compuesto por Bill y retitulado “Sueño de amor”. Luego viajó a USA y continuó como músico de jazz. Manongo Mujica prosiguió su carrera como baterista de música experimental y de jazz en el Perú hasta la fecha.

Haber estado en el momento adecuado y en el momento adecuado, con el ímpetu de no tenerle miedo a nada, mucho talento y un poco de suerte, les permitió viajar a Inglaterra, tocar en los mejores escenarios y grabar en uno de los estudios que ha registrado los discos más importantes de la historia del rock de todos los tiempos. Realmente eran experiencias que ningún otro músico peruano había podido gozar y de las cuales ya se sentían más que satisfechos.


Este texto forma parte del libro que acompaña al disco CD “The Mads – Molesto”, editado por el ya imprescindible sello peruano Repsychled

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