martes, 14 de diciembre de 2010

Traffic Sound, los años maravillosos




Por Miguel Sánchez Flores

Al grito de Yawar Huaca y con quijadas de burro como instrumentos los Traffic Sound firmaron, a fines de los años sesenta y comienzos de los setenta, uno de los momentos más modernos y gloriosos del rock peruano. Su propuesta de avanzada mezclaba el sonido de grupos de esa época con psicodelia y ritmos latinos. Lamentablemente el sueño duró poco tiempo.

Hace casi cuarenta años Traffic Sound escribió uno de los momentos más modernos y memorables del rock peruano. Se despidió tempranamente de los escenarios con un mega concierto en el Teatro Segura junto a la Orquesta Contemporánea de Jaime Delgado Aparicio, uno de los más grandes de la música peruana. Dicen los que estuvieron que el evento terminó con una versión de Mr. Skin de más media hora de duración y con el público enloquecido. Los seguidores no podían creer que la banda rock más consolidada del momento se estuviera retirando en su mejor momento. Quién sabe si fue Velasco quien, en 1971, finalmente convenció a aquellos jóvenes que era mejor ejercer sus respectivas carreras que seguir jugando a los músicos. Lo cierto es que llegado el momento de tomar la decisión de si seguir o no, cinco de los seis integrantes de Traffic Sound (Manuel Sanguinetti, Willy Barclay, Willy Thorne, Luis Nevares y Freddy Rizo Patrón) respondieron que mejor lo dejaban ahí, que se retiraban como los grandes, sin siquiera imaginar que años después, su legado formaría parte de la más atesorada herencia musical de nuestro país.

El único que se quedó (según sus propias declaraciones) fue Jean Pierre Magnet *, famoso saxofonista, formado entre los acordes de la orquesta del Hotel Country Club en donde creció rodeado de música. Se quedó es un decir, pues desanimado por la decisión del grupo estudió Economía un par de años. Pronto se dio cuenta que lo suyo era la música. Viajó a Buenos Aires, Boston y San Francisco donde las influencias del jazz terminaron de convencerlo de su decisión. Magnet volvió al Perú años después, se enamoró, quedó y el resto es bastante conocido. Otro que se "quedó" (por poco tiempo en la música) fue Miguel Ángel Ruiz Orbegozo, más conocido como Zulu *, sí el mismo que salía con Yola Polastri, que si bien no era parte de la formación original, formó parte de la banda en los últimos años, reemplazando a Willy Thorne en el bajo y los teclados). Zulu, cuya vida y obra dan para un post más, dejó un LP homónimo de escucha indispensable. Extrañamente dejó un álbum a medias y se retiró para siempre de la música (él mismo dice asustado del mainstream y de sus consecuencias).

A veces pienso que es como si de pronto una nube de pesimismo se hubiera posado sobre una joven Lima. Una ciudad que hasta entonces transcurría inmersa en una sensación de desasosiego y tranquilidad. Una calma cierta que se detenía en largas caminatas, viajes en tranvía, visitas a la playa y matinales de fines de semana. En qué momento se jodió el rock peruano podría uno preguntarse mientras escucha a todos los grupos de fines de los sesenta. Acaso los chicos simplemente crecieron, la democracia fallida, el discurso nacionalista (o la malinterpretación de esta como dice Gerardo Manuel). O quizá fue la gran resaca de aquel tiempo novedoso de drogas y también de amor y paz en el que Joe Cocker cantaba y emocionaba en ese mitin multitudinario disfrazado de concierto de rock llamado Woodstock. No lo sé. Lo cierto es que la historia dice que de golpe (quizá la palabra no sea gratuita) desapareció la primera escena rock en el Perú y con ello los primeros grupos de rock peruanos.

Algunos distraídos señalan que el rock peruano como tal nació en los ochentas, básicamente por la ausencia de legado y de material sonoro de los sesentas y setentas. De oídas, casi como leyendas, algunos empezamos a escuchar historias de ensueño de nuestros padres y tíos que transcurrían en el Tifany (luego Galaxy) o en los teatros Country o Tauro. Exagerados o no, estos relatos eran de envidia. La primera movida rock en el Perú. Los Shains, Los Yorks, Los Saicos, Los Belkings, Los Steivos, Los Siderals y sobre todo Traffic Sound. Poco a poco se fueron recuperando las grabaciones e incluso se hicieron en el extranjero algunas re-ediciones de material (la de Los Belkings en España por ejemplo). Aquí en Perú, Andrés Tapia y su sello Repsychled lograron lo que parecía imposible: poner al alcance de todos aquellos antiguos álbumes. Luego de años de investigación, cachineo y una labor de arqueología musical en los desaparecidos sellos IEMPSA, MAG y SONORADIO, Andrés pudo hacerse de un catálogo y sacar nuevas ediciones de aquellos grupos de los que sabíamos de oídas. Gracias a ello hemos podido recrear aquellas fiestas matutinas, en donde el grupo como tal era pieza fundamental. Cada barrio tenía su grupo y cada grupo sus fans.

Traffic Sound no fue el primer grupo de rock peruano, pero sin duda se trata del mejor de todos. Su propuesta, profesionalismo y sobre todo su sonido (con múltiples arreglos de vientos y teclados) hacen de ellos un caso de excepción. No solo sus covers son formidables sino sus canciones propias. Prueba mezclar Beach Boys con Air. Prueba mezclar Pink Floyd con Cream. Y además métele quenas, guitarras de palo y quijadas de burro. Quizá es ocioso pero uno no puede dejar de preguntarse qué hubiera pasado si aquellos chicos, que empezaron ensayando en lo que hoy es el Colegio de Abogados de Lima en San Isidro, hubieran seguido haciendo música. Hasta dónde hubieran llegado. Quizá Nevares o Barclay no tuvieran los altos cargos que hoy ostentan o Manuel Sanguinetti no hubiera tenido tiempo para fundar la Radio Doble Nueve (la radio rock de Lima). Se trata, sin duda, de otra pregunta sin respuesta.

La generación de atmósferas, sus arreglos al detalle y un imaginario psicodélico hicieron que los Traffic Sound sean considerados como uno de los grupos abanderados del rock de esta parte. No es casualidad que se trate del primer grupo peruano en hacer giras internacionales (Argentina, Chile, Brasil). Incluso fue el grupo promocional de la naciente empresa de Aviación Brasileña Varig. Fácilmente sus discos podrían firmarse este año, quizá diez años después y seguirán teniendo vigencia. Sus melodías universales, panderetas escondidas y guitarras de palo abundan.

Desde entonces se han reunido poquísimas veces. La histórica vuelta en el Muelle Uno el año 1993. Luego en el hotel Los Delfines, El Dragón de San Bartolo (y creo que también en el Regatas). Todas las veces quise ir, pero algo lo impidió. Sin embargo, no pierdo las esperanzas. Como bien dice Zulu, los Traffic otra vez están completos. Ahora solo falta que saquen un disco. No pido mucho, ¿no?

Discografía:
- A bailar Go Go (1968)
- Virgin (1969)
- Traffic Sound (1970)
- Lux (1971)

Publicado en el blog MP3 AL MÁXIMO (Perú 21)

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